Siete vecinos de Oteitza han sido
denunciados por el alcalde de esta localidad, José Ángel Bermejo (PSN),
por «coacciones y atentado». Tres de ellos tendrán que declarar el
próximo día 30 a las 9.30 en los Juzgados de Lizarra imputados por unos
delitos que están penados con entre cuatro y seis años de cárcel.

Los acusados han recibido el apoyo de decenas de vecinos en la
comparecencia que han realizado en el Salón de Plenos de Oteitza. Han
recordado que hasta la llegada de José Ángel Bermejo a la Alcaldía la
presencia de la ikurriña en Oteitza no había sido fuente de conflictos,
hasta el punto de que en 1976, el último Ayuntamiento franquista
decidió, por petición popular, colocar la ikurriña en fiestas. Bermejo,
sin embargo, amparándose en una ordenanza municipal y en la Ley de
Símbolos navarra, retiró la ikurriña del Ayuntamiento y ha perseguido su
colocación en otros puntos de la localidad. En este sentido, los
acusados han achacado al alcalde actuar con un doble rasero, ya que no
ha hecho cumplir la Ley de Símbolos retirando la placa franquista que
todavía está en la Iglesia.
«Con la retirada de la ikurriña una parte importante de la población nos sentimos menospreciados por la ausencia de un símbolo que siempre hemos sentido y sentimos muy nuestro. A pesar de todo nadie dijo nada y así fue asumido por todos. Las personas que ya no podemos ver la ikurriña en el balcón la queremos ver aunque sea colgada en una barandilla, pero eso también irrita al señor alcalde y a su grupo», han destacado.
El 2 de noviembre pasado, un grupo de vecinos colocó una ikurriña, una bandera navarra y otra de Independentistak de un cable que cruzaba una calle. El alcalde las retiró personalmente, empleando una plataforma elevadora. Los vecinos denuncian que posteriormente se paseó, con una escolta de Policía Foral, por el pueblo para hacer gala de su acción. Bermejo presentó una denuncia en la que acusa a varios vecinos de agredirle y amenazarle mientras quitaba las banderas.
«Con la retirada de la ikurriña una parte importante de la población nos sentimos menospreciados por la ausencia de un símbolo que siempre hemos sentido y sentimos muy nuestro. A pesar de todo nadie dijo nada y así fue asumido por todos. Las personas que ya no podemos ver la ikurriña en el balcón la queremos ver aunque sea colgada en una barandilla, pero eso también irrita al señor alcalde y a su grupo», han destacado.
El 2 de noviembre pasado, un grupo de vecinos colocó una ikurriña, una bandera navarra y otra de Independentistak de un cable que cruzaba una calle. El alcalde las retiró personalmente, empleando una plataforma elevadora. Los vecinos denuncian que posteriormente se paseó, con una escolta de Policía Foral, por el pueblo para hacer gala de su acción. Bermejo presentó una denuncia en la que acusa a varios vecinos de agredirle y amenazarle mientras quitaba las banderas.
Concentración el día 30 y el 1 de mayo
«La realidad es que ese día no se produjo ninguna agresión, como así
reconociera en Pleno el propio alcalde al solicitársele el pertinente
parte de lesiones. No hubo ni coacciones ni mucho menos atentado»,
afirman los vecinos. «Consideramos lo ocurrido como una provocación pura
y dura del alcalde, movido por ansias de protagonismo», añaden.
Han convocado una concentración ante los Juzgados de Lizarra el
miércoles a las 9.30 y otra el 1 de mayo en la fuente de Oteitza a las
19.00.

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